Miguel Ángel Gayoso.
En el deporte alzar un título representa un éxito coral que depende de varios factores: que coincidan buenos jugadores, un entorno favorable, una pizca de suerte y mucho, mucho trabajo. En la gesta del juvenil del Real Zaragoza (Campeón de Liga y Copa de Campeones, Octavos de Final de Youth League) se entrevén muchos aciertos. La dirección de la Ciudad Deportiva, dirigida por Ramón Lozano, reactivó el sentido formativo de la cantera y redujo la distancias con la primera plantilla. Coincidieron, además, dos generaciones doradas: la del 2000-01 y, el segundo año, la del 2003. Pero de entre todas estas cuestiones, destaca una sobre el resto: la figura de Iván Martínez a cargo del vestuario.
Tras la destitución de Baraja y después de que Lalo ratificase ayer su posición en el banquillo, al entrenador maño (Zaragoza, 1983) se le presenta ahora la oportunidad de cumplir un sueño: entrenar al Real Zaragoza.

Foto: Heraldo. Toni Galán.
Del juvenil al primer equipo en ocho meses
A pocas personas en el ámbito profesional la pandemia le cortó las alas como a Iván Martínez. Allá por marzo de este año, con la eliminación en la Youth League y un tropiezo en el derbi aragonés frente al Huesca (1-0, gol de Kevin Carlos ) que parecía alejarle de la posibilidad de revalidar título de Liga, se presentaba un Barça líder en la Ciudad Deportiva. 5 puntos les separaban y ganar era la única opción de seguir aferrándose a luchar con los catalanes (también el Espanyol) hasta el final. Como en todas las grandes citas, el equipo de Iván Martínez sacó a relucir las virtudes que le han llevado a ser hoy el entrenador del Real Zaragoza. En un partido trabado, con muchas interrupciones supo proponer más juego que el Barça y dispuso de las mejores ocasiones. Se adelantó pronto por medio Iván Azón y el Barça empató en una jugada aislada. Cuando todo parecía decantado para el empate final volvió a aparecer esa dosis de oportunismo, de la suerte bien buscada de los equipos de Martínez. Iván Azón cazó un rechace y de cabeza decidió el trascendental choque a favor de los maños, dejándoles a dos puntos del club blaugrana. La pelea seguiría la jornada siguiente, con un contundente 0-3 en El Carmen ante el Ebro. Pero los cinco partidos que quedaban por disputarse en el grupo III de la DHJ fueron suspendidos, al igual que todo el fútbol formativo, arrebatando a Iván y los suyos la opción de revalidar el título liguero.
Para esta nueva y atípica temporada, Iván Martínez diseñaba una revolución en el filial tras la salida de Javier Garcés. Con las promociones de Jannick, Baselga, Francho y Francés al primer equipo y algunas salidas de los jugadores de la generación anterior como Aguado, David Vicente o Marcén, el exentrenador del juvenil daba espacio para confeccionar una plantilla muy joven y de su gusto, con pocas incorporaciones y posibilidad de crecimiento para muchos jugadores que han destacado en su última etapa de formación.
Con el retraso del inicio de la competición y la suspensión de varios partidos sólo ha tenido la oportunidad de dirigir al filial en un partido (1-1 en Illueca) antes de la llamada del primer equipo.
El viernes frente al Oviedo (La Romareda, 21:00) debutará en el banquillo del león un entrenador muy considerado en el club, con una progresión aplaudida dentro y fuera de la ciudad y unos resultados que representan su mejor carta de presentación.
De él se han destacado muchas cualidades: la solidez de sus equipos, su capacidad de adaptarse a los jugadores y obtener su mejor rendimiento o su virtud en la lectura del juego y la corrección de aspectos tácticos durante los partidos. Sobre este último aspecto se pronunciaron dos de sus jugadores en el filial, Francho Serrano y Miguel Puche, en una charla con El Gol del Cierzo en mayo de 2019, tras la gesta de Vigo que les coronó como mejor conjunto juvenil de España. «La verdad es que Francho y yo nos quedábamos alucinados. Cuando decía que iba a pasar algo, casi siempre acertaba en todo», afirmó Puche. Un hecho que confirmaba Francho: «es imposible acertar todo, con certeza. El fútbol a veces es injusto y muy impredecible. No hay un lector del fútbol que sepa qué va a ocurrir en los partidos, pero el que más se ha acercado a esto es Iván, es una pasada». También en este medio escuchamos la temporada pasada un testimonio relacionado con la trayectoria del ahora entrenador zaragocista. El de Ramón Lozano, director general de la cantera, que nos dejó esta frase sobre su trabajo: «si yo pudiera definir el éxito del juvenil del año pasado lo explicaría desde cómo entrenan. Tú los ves entrenar y entiendes cosas que sin haberlos visto entrenar no entenderías».
Estilo de juego
Iván es un técnico moderno, con una gran capacidad de adaptarse a su rival y a sus jugadores y, sobre todo, como afirmaban algunos de sus pupilos, con una capacidad increíble de leer los partidos y corregir al equipo sobre la marcha. Cualidad muy necesaria en este nuevo formato que ha traído la pandemia y la opción de realizar hasta cinco sustituciones.
El fútbol que propone Iván es práctico. Equipo junto, ordenado. Todos defienden y todos atacan. Solidaridad en las ayudas. Competitivo, por encima de cualquier otra virtud. Los éxitos del juvenil son un derroche de fuerza, de trabajo colectivo, de remar todos en una misma dirección. Los momentos de mayor éxito de este equipo no estuvieron exentos de sufrimiento. Saber sufrir en el partido para aprovechar tu oportunidad. Más allá de destellos de calidad como el golazo de Puche al Celta en Copa de Campeones, todos los logros llegaron haciendo de la portería, de Azón o de Acín, una muralla infranqueable.
Como reafirmó el propio Iván tras la final: «nos sentimos cómodos en muchas fases del partido sin balón». O en boca de Puche: «somos un equipo al que le gusta sufrir, nos sentimos cómodos sufriendo y esa es una de las claves: tanto con balón como sin él, nos sentíamos cómodos». El gol de cabeza frente al Reus, también de Puche, que le dio el título de Liga llegó en los últimos diez minutos de partido. La final de Copa frente al Villarreal (de los Baena o Fer Niño, que ya tienen minutos en el primer equipo, o de Iván Morante, en el Castilla) tuvo de todo hasta llegar a la tanda de penaltis y al último lanzamiento que detiene Carlos Azón. Ya paró otro penalti durante el partido y esa final es un buen ejemplo de la capacidad de sufrir y competir de aquel equipo de Iván Martínez. «Los chavales han demostrado que a base de esfuerzo, sacrificio y trabajo en equipo se puede ganar una Copa de Campeones», resumió el entrenador vencedor en el estadio de Balaídos.

Foto: El Gol del Cierzo
Otra cualidad a destacar del técnico y exjugador de la cantera es el rendimiento que consigue obtener de sus jugadores. Más allá de los focos de los jugadores que se llevan los titulares (Francho, Francés o Carbonell, por ejemplo) hay numerosos jugadores que han dado un salto de calidad y han aumentado su nivel en este tiempo con él. Es el caso del último debutante, Iván Azón, que a base de volar por encima de todos para rematar lo que le echen y de una lucha constante en cada partido se ha ganado a pulso ser el último debutante de la cantera. Pero también es el caso de jugadores muy prometedores e interesantes que aguardan su oportunidad y siguen creciendo en el DHJ o en el Deportivo Aragón como Vela, Marín, Ángel López.
Esa capacidad de mutar y variar sus equipos se vio en la transición del primer DHJ al de la temporada pasada, el que maravilló compitiendo contra las mejores canteras de Europa. Un conjunto con más registros ofensivos, encarnados en la movilidad de Carbonell, Puche y Azón, con la aportación de Marín en Liga y, en Youth League, con el refuerzo de Sancho (del 2000).
Pasión y motivación por su trabajo
Cualquiera que haya asistido a la Ciudad Deportiva a presenciar partidos del DHJ habrá podido comprobar que Iván Martínez encarna al entrenador apasionado, visceral. Vive y sufre los partidos con intensidad, corrigiendo a sus jugadores sobre la marcha, animándoles y mostrando su enfado cuando las cosas no salen. En ese pasado tan lejano que sólo dista de una temporada, ver partidos del juvenil ayudaba a comprender la dimensión y la jerarquía de un técnico prometedor, escribiendo las páginas más exitosas de la historia de cantera de este club. Esos partidos con poco público, propios del fútbol formativo, permitían escuchar una voz por encima del resto de sonidos: la palabra de Iván Martínez, las indicaciones de un equipo de autor. Ahora la nueva realidad social y futbolística permitirá al espectador, casi seguro, comprobar esto que aquí se cuenta. Probablemente algún grito del entrenador maño se colará en el audio de la retransmisión televisiva. En esos y otros detalles el técnico demuestra su pasión y su forma de entender el fútbol en cada partido. Es un motivador, cercano con sus jugadores pero dispuesto a exigirles el máximo de sus posibilidades. Prueba de ello también, el vídeo que empleó para reforzar la moral del equipo antes de la final de la Copa de Campeones, en el que ilustres figuras del Real Zaragoza les mostraban su apoyo.
Oportunidad
Le llega la oportunidad de cumplir el sueño de su vida, dirigir al primer equipo, sin haber tenido tiempo apenas para digerir su paso por el filial, donde diseñó una revolución para mantener las piezas básicas del Dep. Aragón y dar cabida a la generación del juvenil.
Como afirmaba ayer Lalo en rueda de prensa: Iván Martínez es ahora la realidad del Real Zaragoza. Con su llegada se abre más que nunca la puerta del primer equipo a la generación dorada de la cantera blanquilla. Los resultados y su capacidad para cambiar el rumbo del equipo decidirán si dispone del tiempo para implantar su método y su criterio. La primera prueba llega sin apenas margen de maniobra. Mañana debuta en La Romareda un entrenador con ADN zaragocista. Su suerte será la de toda una ciudad.