Diego Rodrigo Lafuente.
El Real Zaragoza de Idiakez ha perdido el rumbo. La idea futbolística del técnico vasco de jugar con tres puntas está ya obsoleta y la fragua que pareció arrancar en Albacete, a su regreso a Zaragoza, se paró en seco. Esta valiente y puntualmente acertada propuesta del 4-3-3 no tiene cabida en una categoría en la que prima más la solidez que el talento. El equipo que presionaba agresivamente tras pérdida, acumulaba hombres en ataque y desplegaba un fútbol valiente ha quedado en el limbo y el tiempo de este sistema en el Real Zaragoza parece haber llegado a su fin. El equipo necesita un cambio táctico. Estos cuatro partidos consecutivos sin conseguir la victoria y las sensaciones dejadas por los blanquillos son la prueba.
El equipo zaragozano recupera a sus dos mejores centrocampistas: Eguaras y James, pero necesita de una mayor movilidad en tres cuartos de campo. En el partido del lunes el conjunto maño no generó muchas ocasiones y se vio superado por Osasuna, un equipo que supo acumular hombres detrás del balón e impedir el juego interior del Real Zaragoza. Los blanquillos no lograron romper las líneas navarras y los hombres que actuaron por delante de Eguaras (Ros, Zapater, Pombo, Gual y Álvaro Vázquez) apenas se ofrecieron para recibir en las inmediaciones del área. La solución tampoco llegó por los costados pese a los continuos intentos de Benito y Lasure.
La escasa movilidad de los atacantes y centrocampistas es un problema que se viene sucediendo en estas últimas jornadas y la solución parece a priori sencilla. Incorporar un hombre más a la zona de cocción del fútbol y volver a un sistema trabajado y en el que se encuentra cómoda buena parte de la plantilla zaragocista.
Papu, Pep Biel, Soro y Buff podrían ser algunos de los beneficiados por este cambio de sistema, que liberaría aún más a Eguaras, hombre clave del equipo. El navarro tendría así tres centrocampistas por delante, uno de ellos un mediapunta al uso como son los cuatro futbolistas antes mencionados, además de que podría contar con una de las sensaciones del equipo tras superar su lesión, James Igbekeme. El rombo podría así traer más empaque y solidez al centro del campo zaragocista, así como una mayor movilidad. No se sabe cuál será la decisión de Idiakez, pero quizá con el esquema de rombo en el centro del campo, el Real Zaragoza pueda volver a encontrar el rumbo, volver a sumar de tres en tres y ocupar los puestos altos de la tabla clasificatoria.