Ramón López Olivan (Sabiñánigo, 21 de abril de 1990) vive su momento más feliz como futbolista. El serrablés llegó al Alcoyano en el pasado verano, seducido por un proyecto ambicioso en Segunda B. Formado en el juvenil del Montecarlo, pasó por el CD Teruel y la SD Ejea antes de fichar por el conjunto valenciano. Esta semana participó en uno de los mejores relatos que ha dejado el fútbol español en los últimos tiempos. El Alcoyano eliminó al Real Madrid en La Copa del Rey. El club de la moral fue durante un partido el equipo de todos.
Días después de protagonizar un cuento de hadas, Ramón López conversó con El Gol del Cierzo.

El triunfo del Alcoyano es también el triunfo del fútbol modesto y nos ha recordado la magia de este deporte.
Fue una victoria muy bonita, también por todo lo que estamos viviendo últimamente. Durante 120 minutos todo el mundo se olvidó de la pandemia y disfrutó muchísimo con nuestro partido. Para la gente ver competir a un equipo de un nivel inferior, de Segunda B, contra todo un Real Madrid es emocionante. Y más de la manera en qué jugamos, luchando hasta el final. Puede ser un símbolo de todo lo que está pasando. Nosotros estamos súper agradecidos por las consecuencias que ha tenido y súper ilusionados por lo que hemos conseguido. Ojalá sirva para que la gente pueda seguir luchando contra todo lo que vivimos hoy en día.
¿Cómo se viven los días posteriores a un triunfo tan especial?
Estoy muy feliz por todos los mensajes que me han llegado, agradecido por la repercusión tan bonita que tiene todo esto. Ya le ganamos al Huesca, a todo un Primera División. Nos hizo muy felices enfrentarnos a ellos y superarles. Luego nos tocó el gordo de la lotería contra el Real Madrid y la guinda del pastel ha sido poder vencerles. Han sido días muy emocionantes. La única lástima es que no pudiera estar al campo a rebosar para disfrutarlo con nuestra afición. Pero seguro que lo disfrutaron desde casa.
¿Cómo han sido los últimos entrenamientos, con la victoria ante el Real Madrid todavía reciente?
Estamos con una ilusión brutal. Nos miramos a la cara todos los días y tenemos una sonrisa tremenda como si aún no pudiéramos creerlo. Esto solo pasa una vez en la vida, en el caso de que pase. Los ánimos están por las nubes. Aún así, tenemos los pies en el suelo porque sabemos que nuestro objetivo es estar el año que viene en Liga Pro. Lo que de verdad nos interesa es la liga y todo lo que venga en La Copa del Rey será un gran premio.
En el partido no solo fuiste protagonista por la asistencia en el gol del empate, sino también por la expulsión…
Son lances del juego. Lo único que me fastidia es no poder jugar contra el Athletic de Bilbao, nuestro rival para el próximo jueves. Al final son anécdotas y digo anécdotas porque me expulsaron y acabamos ganando. Hubiera sido peor si el final hubiera sido distinto. Queda en el recuerdo pero solo eso.
Cani te mandó un mensaje muy especial…
Rubén me contó que a él también le expulsaron en una cita señalada. Yo al acabar el partido tenía una mezcla de sensaciones: estaba muy emocionado por la victoria, pero tenía esa piedrita clavada por la expulsión. Cani me dijo que no me preocupara, que a él le expulsaron en la final en Montjuic, le ganaron al Real Madrid y que nadie se acordaba de su roja. Me explicó que recordarían el triunfo sobre el Madrid y mi asistencia en el gol del empate y que todo lo demás se olvidaría. Son las pequeñas luces y sombras del partido. Pero, como me dijo Cani, la expulsión será una mera anécdota en el futuro. Solo yo me acordaré de esa roja.
Estos días han sido muy diferentes para ti, los medios hemos descubierto que tienes una gran facilidad para contar un triunfo como este. ¿Cuántas entrevistas has concedido?
Han sido muchísimas y ya he perdido la cuenta. Al ser el único aragonés en dinámica de grupo toda la repercusión mediática de Aragón ha recaído en mí. Además a nivel nacional me llamó José Ramón de la Morena para entrar en El Transistor. Te puedes imaginar lo que ha significado para mí. Lo he escuchado toda mi vida en El Larguero y que me llamara fue brutal. Luego me dio las gracias y me dijo que lo tenía para lo que quisiera. Yo le pedí en plan cachondeo que me hiciera un contrato de corresponsal en Alcoy. A mí siempre me ha gustado la radio, no me cuesta hablar con los medios y lo disfruto. Es algo que me sale solo. Siempre he sido muy abierto y al final todo este seguimiento hay que saber agradecerlo.

Durante el partido esa moral tan vuestra se veía desde dentro y se escuchaba también desde fuera ¿Cuál es el secreto de un equipo como el vuestro?
El secreto se basa en nuestro día a día. Somos una piña, gente humilde y trabajadora. Nos gusta el fútbol a rabiar. Somos profesionales y aparte de serlo, vivimos cada partido con una emoción y una intensidad especial. Tenemos una unión que es fundamental, nos hace trabajar cada día al uno por el otro. No escatimamos en carreras por ayudar a nuestros compañeros y eso se ve en el campo de fútbol. Es simple: lo que pasa en el vestuario se transmite luego en el césped. Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer y cuando jugamos nos ponemos el mono de trabajo. Somos un grupo unido y salimos con humildad ante cualquier rival. Esos detalles son los que te llevan al triunfo. Y eso es lo que permite que este Alcoyano pueda hacer cosas tan bonitas.
El cambio de formato en La Copa del Rey también promociona sorpresas como la vuestra. ¿Qué le debe el Alcoyano a esta Copa?
Es un formato similar al de la FA Cup y eso permite historias como la que acabamos de vivir. Le veo todavía el fallo de que faltan todavía más equipos de categorías inferiores. De esa forma sería aún más bonito y más disputado. Y el hecho de que las semifinales sean a doble partido también me parece un error. Por eso creo que se puede mejorar la competición un poquito más. Aún así, este formato nos acerca a los equipos humildes a poder disputar la competición contra los todopoderosos. Por lo menos nos da la oportunidad de tener estas alegrías y de avanzar en la competición. En el anterior formato que equipos como el nuestro llegaran a octavos de final era casi impensable.
Ahora que han pasado unos días, cuando piensas en el triunfo, ¿qué imágenes te vienen a la cabeza?
No me olvidaré de mi peinada en el empate y recuerdo con muchísima alegría el gol de la victoria. En ese punto estaba en la grada bastante fastidiado y ese momento fue una liberación y una explosión de alegría. Imagínate ver que le estábamos remontando el partido al Real Madrid cuando quedaban apenas 5 minutos de prórroga. Fue absolutamente increíble y esos son los recuerdos que me quedarán para siempre.
¿Qué os dijo el entrenador en el vestuario? ¿Cómo se prepara una cita tan señalada?
Para nosotros era el partido de nuestras vidas. Y también lo era para nuestro entrenador. Nos pidió que lo jugáramos con mucha ilusión, que mantuviéramos nuestra esencia. Nos convenció de que podíamos hacerlo. Nos dijo que si nos marcaban pronto, siguiéramos con la cabeza alta y que los partidos dan para mucho. Esto es fútbol, son 90 minutos en los que puede pasar cualquier cosa. Más tarde, cuando llegamos a la prórroga, en ese círculo que improvisamos dentro del césped, teníamos la fe de que lo íbamos a conseguir. Yo en ese momento te juro que creía con todas mis fuerzas que lo íbamos a lograr. Veía que teníamos opciones reales, porque habíamos minimizado al Real Madrid. Es normal que ellos tuvieran sus ocasiones más o menos claras. Si nuestro portero, José Juan, no hace las paradas que hizo hubiéramos acabado antes el partido. Pero esto es fútbol y los grandes también tienen días malos. Y en ese momento, creía que era el día propicio para vencerles.
No has ocultado que eres madridista y no jugabas precisamente ante un Madrid de circunstancias…
Soy bastante madridista (ríe). El once inicial del Madrid era un teórico equipo b pero estaba plagado de jugadorazos. Fede Valverde, Lucas Vázquez, Isco, Mariano… Son todos internacionales, cobran millones y viven mucho más de esto que nosotros. Luego hay que tener en cuenta como acabó el Madrid. Salió Tony Kroos, Karim Benzema, Eden Hazard, Marco Asensio… En el tramo final, miraba a mí alrededor y veía a todos mis ídolos allí. Al principio, les tuvimos más respeto, pero en cuanto nos soltamos, les perdimos ese respeto que hay que perder en un campo de fútbol a cualquier rival. Y fuimos a por ellos y lo conseguimos.
De todos los madridistas, ¿quién te impresionó más?
Nadie tuvo su día. Cuando realmente me sorprendieron fue al verlos bajar por las escaleras hacia los vestuarios. Los miraba y no me creía que estuvieran a un palmo de distancia. Son los ídolos de todos nosotros. Y luego, jugando, Karim Benzema. Lo suyo es especial. Cuando salió dio varios pases al primer toque brutales. Todo lo que hace, lo convierte en algo bueno. Fue el que más sensación de peligro creó, siempre generaba algo.
Y Casemiro también me impresionó. Defensivamente siempre estaba bien colocado, era una escoba. Y lo ves que parece que no va, que no llega a la jugada y siempre la acaba rebañando. Lo ves en el campo y parece un poco pesado. Pero luego, en la distancia corta, te das cuenta de que llega a todos los sitios.
¿Cómo viviste el primer tiempo desde el banquillo? A pesar del gol de Militao, vimos a un Alcoyano entero, que jugó sin miedo a nada…
El único pero que le pongo a la primera parte fue el inicio. En ese tramo notaba que le teníamos demasiado respeto al Real Madrid. Por otro lado es normal. No estás acostumbrado a jugar con equipos de ese nivel. Al ver a esos jugadores tan cerca, te tiemblan un poco las piernas… Poco después, supimos hacer nuestro juego, tuvimos nuestras ocasiones y aprovechamos el balón parado, donde nosotros somos muy poderosos. Cada minuto que pasaba nos hacía ir a más. La segunda parte fue muy, muy buena. Defensivamente estuvimos espectaculares. Tampoco nos acabaron de generar ocasiones demasiado claras, salvo algún balón muerto en el área. Supimos minimizar las virtudes del Real Madrid dentro de nuestras posibilidades.

Vuestro empate llegó a balón parado, ¿qué importancia le dais a la estrategia?
Son jugadas que tenemos claras, acumulamos gente al primer palo y luego hay que ganar los duelos individuales en la primera acción o los rechaces. En Gol TV se ha visto una pieza de ese córner. Marcelo le llama la atención a Vinicius para que no perdiera la marca de Solbes, que es el que consigue el gol en el segundo palo. Justo sacamos y Marcelo se despista, pierde mi marca, yo la peino y Solbes le gana el duelo a Vinicius en la segunda acción. Al final, para ganar a estos equipos tienen que tener fallos individuales y ellos lo tuvieron en el gol del empate.
En la prórroga os hacéis con el partido, bloqueáis al Madrid a través del trabajo colectivo…
Conseguimos limitar los espacios, defendimos muy bien en bloque. El Madrid veía que pasaban los minutos y que se les complicaba el juego. Creo que en mi expulsión hay un detalle que es muy importante. El equipo de Zidane tuvo tanta posesión que se relajó en el plano defensivo. Suele suceder cuando juegan ante equipos de inferior categoría; ellos inconscientemente dejaron de estar alerta. Con mi expulsión creyeron que el partido estaba ganado, que podían meternos en el área. Y esa bajada de tensión defensiva hizo que el contragolpe definitivo fuera nuestro.
El partido le ha dado protagonismo a José Juan Figueras, vuestro guardameta. ¿Cómo se explica el carisma de un portero como él?
Sus claves son el trabajo, la humildad y las ganas de un juvenil. Le ves entrenar cada día y alucinas en colores. Tiene la ilusión intacta y sigue trabajando como el que más. Se exige mucho, lo hace cada día y ese es su truco. No tiene otro. El amor por este deporte y su profesionalidad.

Ha sido uno de los personajes de la semana, en un caso similar al de Pablo Infante con el Mirandés hace unas temporadas. Un tipo que le ha caído simpático a todo el mundo…
Llama la atención que tenga 41 años, su trayectoria y las temporadas que lleva en esto. A la gente le ha cautivado por eso. Pero él no mira la edad, no se plantea la retirada y ya vemos al nivel al que está. Jugará lo que él quiera, se cuida mucho. La repercusión que está teniendo es increíble. Tiene que ver con su manera de ser, es muy peculiar en lo que hace. Hace paradas imposibles y parece que no le importa lo que ha hecho. José Juan es así. Un tipo humilde, una gran persona y un portero extraordinario.
Háblame de tu carrera, ¿Por dónde pasó Ramón López hasta llegar al Alcoyano?
Salí del División de Honor Juvenil del Montecarlo, un club humilde de Zaragoza, que en esos años vivió momentos brutales. Conseguimos clasificarnos para la Copa del Rey. Quedamos terceros en el grupo vasco, por detrás de la Real Sociedad de Griezmann y el Athletic Club de Muniaín. De ahí me fui al Universidad de Zaragoza, que funcionaba como un Real Zaragoza C. Estuve ahí un año y tenía otro firmado. Pero comenzó la crisis del fútbol y de los filiales, el equipo perdió su segundo filial y solo se mantuvo el Deportivo Aragón. Mis compañeros y yo tuvimos que buscarnos una salida.
¿Qué hiciste entonces?
Decidí volver a Sabiñánigo para poder compaginar el fútbol con mis estudios. No es que en ese momento perdiera la ilusión, sino que entendí que mi carrera académica era una prioridad. Jugaba en Tercera, en el club de mi pueblo y todo era más cómodo. Poco a poco fui haciendo buenos años en esa categoría, me fichó el Teruel de Néstor Pérez e hice bastantes goles allí. Jugué dos años hasta que me firmó el Ejea de José Luis Loreto. Al año siguiente volví a coincidir con Néstor Pérez y ascendimos a Segunda B. Ese año, el del ascenso, fue mi mejor temporada. Hice 25 goles, contando los tres tantos que marqué en el playoff. Además tuve la suerte de marcar el gol del ascenso, ante el Cádiz B. Fue el gol más importante de mi carrera, cumplí el sueño de pasar al fútbol profesional con un club como el Ejea. Fue increíble.
Tu camino siguió en Segunda B…
Estuve dos temporadas con el Ejea en esa categoría en los que también he hecho muy buenos años y he disfrutado al máximo de la profesionalidad. El primer año lo combinaba con mi trabajo de visitador médico. En ese momento, el fútbol no me daba para poder vivir y a medida que iba haciendo creciendo, decidí cumplir mi sueño: vivir del fútbol. Este año elegí venir al Alcoyano, el proyecto me gustaba, era un club con mucha historia y sabía que se podían hacer cosas bonitas. Y no he podido tomar una decisión mejor, ya veis lo que estamos consiguiendo.

Este domingo también hay partido y el jueves vuelve el premio de La Copa.
Sí, en Liga nos enfrentamos al Orihuela. La pena es que al ser doble amarilla cumplo sanción en Copa. Me perderé el partido contra el Athletic Club. Ya les he dicho a mis compañeros que me recuperarán para cuartos y les he pedido que no me fallen (risas). Le hemos ganado al Madrid, así que le podemos ganar a cualquiera.
En liga las cosas os están saliendo bien, donde has marcado algún gol clave…
Marqué un gol el día de la Peña Deportiva en Ibiza que fue importante. Sirvió para ganar y fueron tres puntos vitales. Veníamos de una mala racha y desde entonces no hemos perdido. Vamos cuartos en liga, empatados a puntos con el tercero que es el Villarreal B, a tres puntos del Hércules. Al Ibiza no lo cuento porque parece que está en otra liga, llevan un año brutal. Nosotros seguimos luchando por meternos entre los tres primeros, miramos siempre hacia arriba. Sabemos que no tenemos tope y queremos conseguir el objetivo, meternos en Liga Pro, lo antes posible.
¿Quiénes han sido los entrenadores que más te han influido?
El que más años he tenido ha sido Néstor Pérez y le debo mucho. Me ha ayudado muchísimo. Y también quiero nombrar a Dani Aso con el que coincidí tres años en el Sabiñanigo. Se retiró conmigo como futbolista. Ahora está en el Huesca B, ha pasado por el Teruel en Segunda B y también ha sido un entrenador muy importante en mi carrera. También tuve la mala suerte de tener a José Luis Loreto muy pocas fechas, porque fue destituido a las 10 jornadas con el Ejea, cuando los resultados no iban bien…
Si tuvieras que elegir una palabra para describir esta victoria contra todo pronóstico, ¿cuál sería?
Sueño. Es algo que todos hemos soñado y que muy pocos hemos podido cumplir.
El fútbol te ha dado este sueño, pero ¿te ha quitado alguno por el camino?
Trabajamos mucho para esto y muchas veces te tienes que eximir de cosas en el día a día. Tienes que estar pendiente de cuidarte y del siguiente entrenamiento. En el período de vacaciones, tus amigos se van en agosto y a nosotros nos toca entrenar. Pero lo que el fútbol te quita por un lado, en ese aspecto social, te lo da por otro. Y a los que nos gusta esto, no podemos evitar pensar que todo ese esfuerzo merece siempre la pena.
De los miles de mensajes que has recibido, ¿cuál ha sido para ti el más especial?
Los de la familia y los amigos más íntimos. Han sido mensajes importantes, a la altura de la ocasión. Te llegan al corazón porque saben el esfuerzo y el trabajo que hay detrás de todo esto. Es muy bonito que esto pase y que todos ellos se alegren por nosotros, por este éxito del Alcoyano.