El Real Zaragoza venció (2-1) al Deportivo en la Romareda. Cuajó 50 minutos de buen juego, de un fútbol preciso y lleno de entusiasmo. Perdió fuelle, por el contrario, en la última media hora. El gol del Deportivo sirvió para que el equipo aragonés mostrara cierto nerviosismo, para que las secuencias de pases no se enlazaran como en el primer tiempo. El equipo que ahora dirige Natxo González pudo mandar el partido a la prórroga en el tramo final: Krohn Delhi estrelló un balón en el palo de la Romareda.
En el Zaragoza destacó el zigzag de Aguirre, uno de esos extremos capaces de cambiar los partidos desde el carril, de someter a su lateral, de buscar el centro definitivo. También lucieron los goles de Papunashvili y de Pombo. El georgiano marcó tras un latigazo inesperado con la diestra. Pombo culminó en el comienzo de la segunda parte una gran jugada colectiva del Zaragoza. El 8 del Zaragoza vive un momento de plenitud que se muestra en su regate corto, en su juego de espaldas, en su capacidad para preparar el disparo. Ayer no necesitó participar demasiado en el juego para ser decisivo en el partido. El gol de Pombo llegó tras un segundo de inspiración de Oliver Buff, que imaginó un pase imposible. En la segunda parte, el Deportivo mejoró a través del fútbol de dos pequeños diablos, Fede Cartabia y Carles Gil. Los dos zurdos se buscaron y se encontraron cuando el Zaragoza mandaba en el marcador e hicieron que la Romareda temiese el empate.
La primera parte pareció una continuación del encuentro ante el Oviedo. El Zaragoza prolongó en el primer tiempo su felicidad: logró dar velocidad a su circulación, asfixió en la presión a su rival, generó ocasiones y desordenó el partido por el costado de Aguirre. El Deportivo parecía entonces sometido, sin respuesta ante el juego coral del Zaragoza. Durante muchos minutos, no se notaron los cambios de Idiakez, que probó hasta 8 novedades respecto a la alineación frente al Oviedo. Algunas de ellas completaron un partido notable: Nieto se entendió con Aguirre en el flanco izquierdo, Muñoz dio solidez a la defensa, Buff buscó el pase definitivo y Papunashvili se reencontró con el gol. El segundo tiempo, sin embargo, recordó más al de Las Palmas, con la diferencia de que el Zaragoza tenía más margen en el marcador. Sin tiempo para disfrutar del 2-0 de Pombo, llegó el tanto de Fede Cartabia (2-1). Fueron los peores momentos del Zaragoza, que renunció a su plan de siempre, reculó en exceso y abusó del balón largo. Igbekeme y Ros, protagonistas en la fase inicial, perdieron el pulso del juego. El Deportivo gobernó entonces el partido pero no encontró soluciones ante la meta de Ratón. El Zaragoza resistió y Natxo González, que fue recibido con desprecios, salió de la Romareda derrotado.
Alguien dijo que este partido era un duelo descafeinado. Quizá porque Deportivo y Zaragoza han sacrificado su ambición en la Copa del Rey en busca del ascenso a Primera División. Pero entre los dos equipos suman 8 trofeos en Copa y el aspecto de la Romareda era el de un estadio en el que había muchas cosas en juego. Entre ellas, el orgullo de vencer a un rival directo. Ninguno de los dos quiso perder y el Zaragoza, mejor en el balance global del partido y en las áreas, se llevó una victoria que le permite avanzar en el que siempre fue su torneo.